Pero no se cayó, lo tiraron. Lo derribó gente corriente, gente esperanzada, gente harta del absurdo de la guerra fría. Fue conquistado a pulso poco a poco durante décadas de intentos de fuga, de conformar una conciencia colectiva que no olvidaba nunca lo que había al otro lado, y que primero desde el silencio, y por último desde el grito, arrancó el hormigón del muro y el de la separación política.
Fue el Muro de la vergüenza: parte de las fronteras interalemanas desde el 13 de agosto de 1961 y separó la ciudad berlinesa bajo control de la RDA República Democrática Alemana, Berlín Este, de la RFA, República Federal Alemana, Berlín Oeste.
Se cumplen 25 años de su caída, y Berlín lo celebra entusiasmada, y el mundo brinda también con ellos, porque cayó sin derramamiento de sangre, aquella noche inolvidable…
Pero no podemos olvidar a todos los que perdieron la vida queriendo atravesarlo. La sangre y las lágrimas de aquellos desconocidos, nos hacían recordar una y otra vez, que ese muro vergonzoso nunca debería haber estado ahí.
Uno de aquellos, de tantos, fue el primer alemán muerto por el muro, Peter Fechter, un obrero de la construcción de 18 años, que junto a un amigo intentó el asalto. Los soldados les dieron el alto, y aunque su amigo consiguió alcanzar el otro lado, a Peter le dispararon en la pelvis. Una herida que se podía haber curado, pero nadie acudió en su ayuda. Frente a cientos de testigos, murió desangrado en el absurdo espacio entre barreras. Ningún soldado de uno u otro lado se atrevió a socorrerlo por miedo al enemigo…
Años después, en 1972, Nino Bravo nos obsequió en pleno franquismo con una maravillosa canción: Libre. Escucha su letra, y sentirás esta historia, en la que seguramente se inspiró.
La caída del Muro de Berlín: Un icono de la evolución del siglo XX. Los que lo vimos emocionados y asombrados por TVE, nos cuesta pensar que podamos ver de nuevo algo igual, pues sigue habiendo muros terribles y siniestros hoy, físicos o políticos, pero siempre apoyados por la fuerza de las armas: Entre Israel y Palestina, entre las dos Coreas, etc.
Fue el Muro de la vergüenza: parte de las fronteras interalemanas desde el 13 de agosto de 1961 y separó la ciudad berlinesa bajo control de la RDA República Democrática Alemana, Berlín Este, de la RFA, República Federal Alemana, Berlín Oeste.
Se cumplen 25 años de su caída, y Berlín lo celebra entusiasmada, y el mundo brinda también con ellos, porque cayó sin derramamiento de sangre, aquella noche inolvidable…
Pero no podemos olvidar a todos los que perdieron la vida queriendo atravesarlo. La sangre y las lágrimas de aquellos desconocidos, nos hacían recordar una y otra vez, que ese muro vergonzoso nunca debería haber estado ahí.
Uno de aquellos, de tantos, fue el primer alemán muerto por el muro, Peter Fechter, un obrero de la construcción de 18 años, que junto a un amigo intentó el asalto. Los soldados les dieron el alto, y aunque su amigo consiguió alcanzar el otro lado, a Peter le dispararon en la pelvis. Una herida que se podía haber curado, pero nadie acudió en su ayuda. Frente a cientos de testigos, murió desangrado en el absurdo espacio entre barreras. Ningún soldado de uno u otro lado se atrevió a socorrerlo por miedo al enemigo…
Años después, en 1972, Nino Bravo nos obsequió en pleno franquismo con una maravillosa canción: Libre. Escucha su letra, y sentirás esta historia, en la que seguramente se inspiró.
La caída del Muro de Berlín: Un icono de la evolución del siglo XX. Los que lo vimos emocionados y asombrados por TVE, nos cuesta pensar que podamos ver de nuevo algo igual, pues sigue habiendo muros terribles y siniestros hoy, físicos o políticos, pero siempre apoyados por la fuerza de las armas: Entre Israel y Palestina, entre las dos Coreas, etc.