El 28 de Junio de 1914 son asesinados en un atentado el archiduque y heredero al trono austrohúngaro Francisco Fernando y esposa Sofía Chotek, en Sarajevo. El atentado fue perpetrado por Gavrilo Princip, perteneciente al grupo terrorista Mano Negra, cuyo objetivo era la creación de una Gran Serbia.
Un territorio convulso durante siglos. En 1878 Serbia pasó a ser estado y el Valiato de Bosnia, antes otomano, pasó a formar parte de la administración austrohúngara. Pero en 1903, los reyes de Serbia fueron asesinados y sustituidos por otros más cercanos a Rusia. El polvorín se iba llenando de ira pronto convulsionaría. Hubo distintos atentados, pero el del 28 de Junio marcó el inicio de una crisis internacional, pues Serbia se negaba a perseguir a los militares que habían intrigado o ayudado en el mismo. Finalmente, ante las presiones y un ultimátum, cedió a alguno de sus puntos, pero no a otros.
Ante esto, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia el 28 de Julio de 1914. En los términos de la alianza franco-rusa, Rusia y Francia también se verían obligados a movilizar sus ejércitos. Pronto, todas las grandes potencias, a excepción de Italia y Gran Bretaña, habían escogido sus aliados para el conflicto, que pasaría a la historia como la Primera Guerra Mundial.
Es la primera guerra moderna por los medios aéreos y marítimos, la maquinaria pesada, los gases como arma… Miles y miles de hombres fueron trasladados al frente, incluso en taxis, con necesidades de avituallamiento sin precedentes. Masiva movilización también de civiles, mujeres e incluso niños como mano de obra para fabricar armas, o sustituir el trabajo obrero de los hombres ahora soldados... Guerra también psicológica en la que la propaganda y la prensa gráfica falseaban la información exagerando siempre la debilidad del adversario.
Y todo para llegar a más de 8 millones de muertos en cuatro años, muchos de ellos inútilmente el último día de la guerra, cuando la paz ya era evidente.
Pero además lo que me parece también terrible es sobrevivir a tanto dolor. Cómo quedan las personas que han vivido estas situaciones, cómo cambian, cómo pueden ser capaces de reiniciar su vida. Cómo estas generaciones han hecho su camino, y por lo tanto el nuestro desde cero, con la mochila llena de hechos terribles, de culpa, de rabia, de dolor…
En este sentido, como una imagen vale más que mil palabras, os recomiendo el increíble trabajo del profesor D. Miguel Martí, del IES Valdebernardo. Son nueve minutos solamente para resumir la huella que dejó esta guerra en los pinceles de los pintores que la sufrieron, y ver cómo cambió sus vidas y por ende, sus obras. Artistas que perdieron su inocencia y nos han traído de las trincheras su expresión contra tanto horror.
Un territorio convulso durante siglos. En 1878 Serbia pasó a ser estado y el Valiato de Bosnia, antes otomano, pasó a formar parte de la administración austrohúngara. Pero en 1903, los reyes de Serbia fueron asesinados y sustituidos por otros más cercanos a Rusia. El polvorín se iba llenando de ira pronto convulsionaría. Hubo distintos atentados, pero el del 28 de Junio marcó el inicio de una crisis internacional, pues Serbia se negaba a perseguir a los militares que habían intrigado o ayudado en el mismo. Finalmente, ante las presiones y un ultimátum, cedió a alguno de sus puntos, pero no a otros.
Ante esto, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia el 28 de Julio de 1914. En los términos de la alianza franco-rusa, Rusia y Francia también se verían obligados a movilizar sus ejércitos. Pronto, todas las grandes potencias, a excepción de Italia y Gran Bretaña, habían escogido sus aliados para el conflicto, que pasaría a la historia como la Primera Guerra Mundial.
Es la primera guerra moderna por los medios aéreos y marítimos, la maquinaria pesada, los gases como arma… Miles y miles de hombres fueron trasladados al frente, incluso en taxis, con necesidades de avituallamiento sin precedentes. Masiva movilización también de civiles, mujeres e incluso niños como mano de obra para fabricar armas, o sustituir el trabajo obrero de los hombres ahora soldados... Guerra también psicológica en la que la propaganda y la prensa gráfica falseaban la información exagerando siempre la debilidad del adversario.
Y todo para llegar a más de 8 millones de muertos en cuatro años, muchos de ellos inútilmente el último día de la guerra, cuando la paz ya era evidente.
Pero además lo que me parece también terrible es sobrevivir a tanto dolor. Cómo quedan las personas que han vivido estas situaciones, cómo cambian, cómo pueden ser capaces de reiniciar su vida. Cómo estas generaciones han hecho su camino, y por lo tanto el nuestro desde cero, con la mochila llena de hechos terribles, de culpa, de rabia, de dolor…
En este sentido, como una imagen vale más que mil palabras, os recomiendo el increíble trabajo del profesor D. Miguel Martí, del IES Valdebernardo. Son nueve minutos solamente para resumir la huella que dejó esta guerra en los pinceles de los pintores que la sufrieron, y ver cómo cambió sus vidas y por ende, sus obras. Artistas que perdieron su inocencia y nos han traído de las trincheras su expresión contra tanto horror.
Y si queréis ver cómo irrumpe la Gran Guerra en la literatura, os recomiendo visitar el Blog de Alfonso Torrecilla.