Aunque el 1 de Mayo es un día festivo, ideal para salir, viajar aprovechando el puente, etc, no debemos olvidar su trascendencia, y su vigencia hoy más que nunca dado como están las cosas y cómo estamos perdiendo, al amparo de la crisis, derechos que costaron incluso vidas conseguir.
Se conmemora en esta fecha por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, como homenaje a los mártires de Chicago. Sindicalistas y obreros luchaban para conseguir la jornada de ocho horas que ya se había contemplado en una ley de 1868 como medida para reducir el paro, pero que no fue acogida por algunos estados o directamente no se aplicaba, y menos en Chicago, centro neurálgico de la Revolución Industrial de EEUU.
El 1 de Mayo, 200.000 trabajadores fueron a la huelga. Pero había una empresa que seguía a toda costa con esquiroles, la fábrica de maquinaria agrícola McCormik, en huelga desde febrero porque querían descontar a los obreros dinero para construir una iglesia. Por ello, los días 2 y 3 hubo manifestaciones frente a sus puertas, deshechas violentamente por la policía.
Se consiguió un permiso del alcalde para hacer una concentración en el parque Haymarket, y ahí se dieron los hechos más terribles. Los obreros fueron ametrallados, murieron seis en ese momento y luego se procedió a condenar en juicio sumarísimo a los "responsables", tres a cadenas perpetuas o trabajos forzados, y cinco a la horca, y no iban a ser otros que obreros, periodistas y tipógrafos, pues claro, las noticias no existen si nadie las cuenta.
Poco a poco, distintos países han acogido este día como homenaje y reivindicación. Ideas muy presentes, pues ahora en España, se calcula que un alto porcentaje hace más de ocho horas y sin cobrar horas extras. No digamos en otros países subdesarrollados. Este camino no acaba, pero no olvidemos a los héroes que consiguieron nuestros derechos, para no dejárnoslos arrebatar sin más...
Se conmemora en esta fecha por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, como homenaje a los mártires de Chicago. Sindicalistas y obreros luchaban para conseguir la jornada de ocho horas que ya se había contemplado en una ley de 1868 como medida para reducir el paro, pero que no fue acogida por algunos estados o directamente no se aplicaba, y menos en Chicago, centro neurálgico de la Revolución Industrial de EEUU.
El 1 de Mayo, 200.000 trabajadores fueron a la huelga. Pero había una empresa que seguía a toda costa con esquiroles, la fábrica de maquinaria agrícola McCormik, en huelga desde febrero porque querían descontar a los obreros dinero para construir una iglesia. Por ello, los días 2 y 3 hubo manifestaciones frente a sus puertas, deshechas violentamente por la policía.
Se consiguió un permiso del alcalde para hacer una concentración en el parque Haymarket, y ahí se dieron los hechos más terribles. Los obreros fueron ametrallados, murieron seis en ese momento y luego se procedió a condenar en juicio sumarísimo a los "responsables", tres a cadenas perpetuas o trabajos forzados, y cinco a la horca, y no iban a ser otros que obreros, periodistas y tipógrafos, pues claro, las noticias no existen si nadie las cuenta.
Poco a poco, distintos países han acogido este día como homenaje y reivindicación. Ideas muy presentes, pues ahora en España, se calcula que un alto porcentaje hace más de ocho horas y sin cobrar horas extras. No digamos en otros países subdesarrollados. Este camino no acaba, pero no olvidemos a los héroes que consiguieron nuestros derechos, para no dejárnoslos arrebatar sin más...