Ahora se trataba de ir más allá y sumergirse en la música dance. Seguramente los efectos provocativos pretendían un fervor febril de ventas, más que un mensaje de liberación de la mujer ante lo moralmente establecido y ante la religión. Y la imagen de portada vestida como una virgen, pero altamente erótica, lo iba a realzar. La letra del single era además tan ambigua que pasaba sin más de la más tierna inocencia al más absoluto pecado según la predisposición de los oídos que la escucharan. Dice que desde que conoció a su amor se siente como una virgen, pero ésto también puede parecer una invitación a dejar de ser virgen, y hace treinta años era una idea más que trasgresora.
El video grabado en Venecia, además hizo derramar lágrimas de sangre en la iglesia, quién lo consideró incluso insultante pues la figura del hombre aparentaba la de San Marcos, y aunque se negó esta idea, el escándalo estaba servido.
Pero fuese como fuese, Madonna fue la cantante de los 80 y 90, icono pop de un estilo de masas, que aún hoy sigue dando guerra. Su estilismo creado por Maripol, entre la estética punk y la romántica, ha sido seguido por miles de adolescentes. Y sus canciones, muchas veces números uno, nos han hecho bailar a muchos… en aquellas discotecas de antes…