Los tres galardonados "realizaron una contribución histórica al proceso de paz sustituyendo la guerra y el odio por la cooperación" a través de su compromiso con los acuerdos de Oslo y su posterior empeño en llevarlos a la práctica.
Todos quisieron compartirlo con sus pueblos. "Este premio no es para mí sino para mi pueblo, que ha sufrido tanto hasta que conseguimos la paz de los valientes; para nuestros mártires, nuestros niños, para su futuro", comentó Arafat en Alejandría, donde manifestó su esperanza de que el galardón permita llegar a una "solución global no sólo para los palestinos, sino también, para Jordania, Siria y Líbano".
Recuerdo las esperanzas de aquel 1994, y cómo seguimos ahora veinte años después, viendo como se encona el conflicto, y como mueren unos y se van otros, y los que llegan, no pueden o no quieren o quién sabe qué y por qué y para qué, pero los niños siguen cayendo, y los hombres siguen odiando, y las mujeres llorando… en el más horrible de los infiernos.